La historia de la Quinta Grijalva comienza en 1895, cuando Lorenzo de la Torre adquirió un terreno de casi cinco hectáreas en el Cerro de Guadalupe, en lo que entonces era San Juan Bautista, hoy Villahermosa.
Rodeada por la exuberante selva tabasqueña, esta propiedad se construyó para su padre, don Feliciano de la Torre, en un punto elevado que la protegía de inundaciones.
La casa, de arquitectura criolla, destacaba por sus amplios corredores y ventanales diseñados para aprovechar la brisa tropical, mientras sus alrededores albergaban huertos con árboles frutales y plantas locales.
A lo largo del tiempo, la Quinta cambió de propietarios, cada uno dejando su huella. En 1917, Fidencia Fernández Veraud, viuda de Sastré, se convirtió en una de sus figuras más recordadas.
En 1946, Francisco J. Santamaría la adquirió, renombrándola Quinta Isabel en honor a su esposa. Durante su mandato como gobernador, este espacio se convirtió en un punto de encuentro cultural y diplomático, recibiendo a personalidades como el presidente Miguel Alemán.
En 1953, la propiedad fue declarada residencia oficial del gobernador y bautizada como Quinta Grijalva, en honor al explorador Juan de Grijalva. Desde entonces, este icónico lugar ha sido testigo de eventos históricos, reflejando el espíritu de Tabasco.
La antigua Casa Oficial, que durante décadas albergó a los gobernantes de nuestro estado, abre ahora sus puertas como la casa de las y los tabasqueños, transformándose en un espacio dedicado a la recreación, el arte y la cultura.
¡Bienvenidas y bienvenidos al Centro Cultural Quinta Grijalva!